La Atlántida de Platón




Las primeras referencias a la Atlántida aparecen en los textos del filósofo griego Platón, según el cual fue sumergida 9.000 años antes (9.550 adC) bajo el océano como consecuencia de un terremoto. Según Platón, estaba situada tras los Pilares de Hércules (nombre antiguo del Estrecho de Gibraltar).

Platón habla de ella únicamente en dos de sus diálogos (el Timeo y el Critias). En su historia, Critias (360 adC) describe los orígenes y la forma de la Atlántida a Sócrates y sus invitados. Este diálogo continúa la historia de Critias, aportando una breve historia de las antiguas civilizaciones, mencionando brevemente la Atlántida y sus relaciones exteriores. A Critias le llega la historia a través del legislador ateniense Solón, a quien Sonchis, un sacerdote de Tebas se la había traducido al griego durante una visita a Sais (Egipto).



Según Critias, los antiguos dioses griegos dividieron la tierra de tal forma que cada dios pudiera tener una parte, eligiendo Poseidón la Atlántida. Era más poderosa que Libia y Asia Menor juntas, y tras ser hundida por un terremoto se convirtió en un banco de barro que impedía el paso entre el Atlántico y el Mediterráneo.

Según los egipcios, se trataba de una isla o península con unas dimensiones similares a Iberia, compuesta principalmente de montañas al norte y otras que llegaban hasta la costa, con una gran llanura de forma oblonga en el suroeste. A 50 estadios (unidad de medida griega, aproximadamente unos 10 km) desde el centro de la costa hacia arriba había una montaña no muy alta donde vivía una mujer de la que Poseidón se enamoró, y con la que tuvo cinco pares de gemelos.

El más viejo de ellos, Atlas, se convirtió en rey de toda la Atlántida y el piélago o brazo de mar (llamado ahora Atlántico), y se le dieron la montaña donde nació y las regiones limítrofes como feudo. Su hermano gemelo, Gadeiros (o Eumelos) obtuvo la parte de la isla o península que llegaba hasta las Columnas de Hércules, la región de Gadeira (Gades, la antigua Cádiz). Las otras cuatro parejas de gemelos (Amphêres y Eudaimon, Mneseas y Autochthon, Elasippos y Mestor, y Azaes y Diaprêpes) obtuvieron las restantes regiones que además incluían las diversas islas que rodeaban aquel piélago o brazo de mar.

Poseidón horadó la montaña donde vivía su amada hasta convertirla en un palacio, rodeado por tres fosos circulares concéntricos, separados por dos anillos de tierra. Los atlantes construyeron luego puentes al norte de la montaña, creando un camino para comunicarse con el resto de la isla. Cavaron un gran canal hacia el mar, cavaron túneles en los anillos de roca a lo largo de los puentes para que los barcos pudieran entrar en la ciudad en torno a la montaña, y cavaron sus muelles en las paredes de roca de los fosos y también acueductos sobre puentes. Cada viaje hacia la ciudad era vigilado desde puertas y torres, y cada anillo estaba rodeado por un muro; uno recubierto de latón, otro de estaño y el tercero de oricalco. Algunos edificios estaban hechos de rocas rojas, blancas y negras extraídas de los fosos.

Cuando los atlantes habían alcanzado su máximo poderío y un nivel similar a las grandes ciudades-estados de finales de la Edad del Bronce, se inició una guerra entre los que vivían sobre los Pilares de Hércules y los del interior del Mediterráneo.

Los atlantes se expandieron por todo el Mediterráneo hasta llegar a Egipto y Etruria, sometiendo a muchos pueblos a la esclavitud. Los atenienses crearon una alianza de resistencia frente al imperio atlante; tras desintegrarse la alianza, continuaron solos, logrando liberar las tierras ocupadas.

Tras la victoria griega, unos terremotos de «gran intensidad» y una gran «inundación» posiblemente un tsunami hicieron que la ciudad principal o isla-acrópolis del imperio atlante desapareciera bajo el mar, justo en la boca misma del estrecho de Gibraltar entre Cabo Trafalgar y Cabo Spartel donde se hallaba el delta y la capital del imperio atlante.

Platón usa la expresión griega 'Alêthinon Logon', que en aquellos tiempos se usaba para denominar a una 'Historia Verdadera', en contraposición al Mithos (mito) o cuento fabulado. Para su discípulo Aristóteles se trataba de una utopía alegórica, pero se trata de una excepción, pues la lista de discípulos directos e indirectos de la Academia fundada por Platón que duró casi 900 años que creyó que la historia era verdadera, o sea, una 'Alêthinon Logon' y no un 'Mithos', alcanza la mayoría.


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